Control de Gestión Hospitalaria y Auditoría de los Servicios de Salud
Los Indicadores
Un indicador es la expresión cuantitativa o cualitativa del comportamiento y desempeño de un proceso, estructura y o resultados cuya magnitud, al ser comparada con algún nivel de referencia, indica que tan cerca se encuentra de esa referencia, pudiendo señalar una desviación sobre la cual es necesario tomar acciones correctivas o preventivas según el caso.Para trabajar con los indicadores debe establecerse todo un sistema que vaya desde la correcta comprensión del hecho o de las características hasta la de toma de decisiones acertadas para mantener, mejorar e innovar el proceso.
El objetivo de los indicadores para el Control de Gestión
Hospitalaria y Auditoria de los Servicios de Salud, permite es vincular la influencia de las
acciones laborales de los empleadores y empleados, asi como las prestación de servicios dirigidos
a los pacientes y usuarios del sistema de salud; esto mediante un proceso de
monitoreo incluyendo el establecimiento de normas y la notificación de
condiciones existentes por parte de las instancias oficiales, observación y
encuesta, a fin de brindar información para la toma de decisiones y fijación de
metas. A propósito el autor Henry Mintzberg : "el patrón de una serie de
acciones que ocurren en el tiempo" en su opinión, los objetivos, planes y
base de recursos de la empresa, en un momento dado, no son más importantes que
todo lo que la empresa ha hecho y en la realidad está haciendo.
Siguiendo
el contexto anterior y relacionarlo a mi hospital (sea cual fuese) , las acciones
van dirigidas a promover y facilitar la atención eficiente, eficaz y oportuna
que se dirige, más que al paciente o a la enfermedad o a hechos aislados, a las
personas, consideradas en su integridad física y mental y como seres sociales
pertenecientes a diferentes tipos de familia y comunidad, que están en un
permanente proceso de integración y adaptación a su medio ambiente físico,
social y cultural, es decir, un modelo de atención integral en salud
con enfoque familiar y en red. El modelo de atención es una descripción de
la forma óptima de organizar las acciones sanitarias, de modo de satisfacer los
requerimientos y demandas de la comunidad y del propio sector salud.
El rol del hospital en el
modelo de atención, es la contribución de una manera concordante al modelo de
calidad, por lo que el modelo de atención se basa en un equipo de salud
multidisciplinario y de liderazgo horizontal, ubicado básicamente en el nivel
de atención primaria, que se hace cargo de la población de la región carabobeña,
aplicando el enfoque familiar, es decir, acompaña a los integrantes de la familia
durante todo el ciclo vital, apoyando los momentos críticos con consejería,
educación y promoción de salud, controlando los procesos para detectar
oportunamente el daño y proporcionando asistencia clínica y rehabilitación
oportuna en caso de patología aguda o crónica.
La propuesta de la reforma es
articular redes de servicios que vayan: Superando la gestión burocrática y
jerárquica; superando la línea divisoria entre actividades de promoción,
prevención, curación y rehabilitación; superando las barreras gerenciales y
funcionales entre el nivel primario y el especializado; Aumentando la capacidad
de resolución; articulando la complementariedad entre prestadores públicos y privados
de diverso tipo; garantizando la continuidad de la atención; aumentando la
participación de las personas y el grado de control social.
Del
mismo modo, será necesario identificar áreas de interés compartido entre los
clínicos y gestores y los políticos, convirtiendo en objetivos positivos
aquellos aspectos institucionales que interesa desarrollar a todos, como la
satisfacción de los usuarios (calidad
percibida), la relación costo/ beneficio de nuevas tecnologías o
intervenciones (eficiencia económica),
la confianza y apoyo social (sustentabilidad
política y financiera).
Por lo tanto, el objetivo
último de la gestión hospitalaria es el,es de ofrecer a los usuarios los
mejores resultados posibles en la práctica (efectividad), esto, acorde
con la información científica disponible que haya demostrado su capacidad para
cambiar de forma favorable el curso clínico de la enfermedad (eficacia),
y que considere los menores inconvenientes y costos para el usuario y para la
sociedad en su conjunto (eficiencia).
En este paradigma se
pretende equilibrar resultados (eficacia)
con uso racional de los recursos (eficiencia)
y con la mayor satisfacción usuaria (calidad
percibida), con el objeto de contribuir a la equidad del sistema. La
calidad comprende dos componentes: los técnicos, es decir, la calidad clínica y
de percepción usuaria; esta última contiene la accesibilidad, la oportunidad,
el quehacer asistencial propiamente tal, el entorno de la atención, es decir “el
trato”.
Las
estrategias de mejoría continua de la calidad buscan que el establecimiento de
salud resuelva necesidades (sea eficaz), a tiempo (con oportunidad), con costos
razonables dado los recursos disponibles (eficiencia), dando satisfacción a
expectativas del usuario y produciendo motivación en los que dan los servicios
y prestigio a la organización.
En la perspectiva de la
satisfacción de usuarios y sus familias, destacan aspectos como el transporte de
pacientes, las facilidades de visita durante hospitalización, el confort de las
salas de espera y de las dependencias cínicas, la calidad de la alimentación,
entre otras. Sin embargo, en la satisfacción del usuario siguen siendo los
factores más importantes la confianza en la calidad técnica del equipo
tratante, la calidez del trato, la oportunidad de la atención y la calidad de
la información y de la relación entre el usuario, su familia y el equipo de
salud.
La función de auditoría
interna involucra tanto los “procesos clínicos” como los “administrativo-financieros”.
El auditor de un establecimiento debe tener el suficiente poder e independencia,
para detectar y detener los actos que se salen de normas y protocolos, en todos
los ámbitos del quehacer. Por otro lado, en la gerencia hospitalaria, la
función de auditoría está normada y dirigida desde el gobierno regional y central,
y los establecimientos están obligados a aplicar una normativa específica.
Los procesos clínicos y
administrativos deben ser auditados permanentemente y el hospital debe fijar los
mecanismos para que esto así suceda. Una política de calidad no tiene sustento
sin los insumos básicos que permitan modificar el quehacer hospitalario; estos
insumos básicos provienen de la búsqueda intencionada. La auditoría no debe
entenderse desde un prisma “sancionatorio”, sino por lo contrario, como un
mecanismo fundamental para el aprendizaje y la mejoría continua. Los procesos
de auditoria comprenden revisiones de fichas clínicas; análisis de casos
clínicos determinados (mortalidad, infecciones hospitalarias, rechazos o
postergaciones quirúrgicas, rehospitalizaciones); análisis de procesos tales
como ausentismo o accidentes laborales; procesos completos de compra, facturación
y distribución de insumos; cumplimiento de la agenda médica.Todo esto,
implicará que la dirección del hospital destine recursos y priorice dicha
función.
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